El día se me presentaba totalmente diferente, solo debía acudir a mi oficina a firmar algunos contratos y encargar a mi secretaria que se ocupara de realizar las llamadas pertinentes en la semana que iba a estar fuera de Inglaterra. Sin embargo el tiempo era igual que ayer, frió por la mañana, acompañado de una espesa neblina que casi me impedía circular. Como siempre en esta época del año, estaba oscuro a las siete de la mañana y la radio anunciaba abundantes lluvias a lo largo del día. Durante este año me había sido imposible tomar vacaciones por más de cuatro días, una de las desventajas de ser Director de Ventas del Touroperador Thomson en la central de Londres.