• El sueño del príncipe
Marya Aleksandrovna Moskalyova es, por supuesto, la primera dama de Mordasov. De esto no cabe la menor duda. Se comporta como si no necesitara de nadie y, por el contrario, como si todos necesitaran de ella. Verdad es que nadie le tiene afecto, mejor aún, que muchos la detestan cordialmente; ello no quita que todos la teman, que es lo que ella quiere.

Esto es ya señal de alta política. ¿Por qué, por ejemplo, Marya Aleksandrovna, que es aficionadísima a las habladurías y no pega ojo en toda la noche si la víspera no se ha enterado de algún chisme, por qué sabe conducirse, no obstante, de modo que quien la mire no sospechará que esta grave señora es la chismosa más grande del mundo o por lo menos de Mordasov? Se pensaría más bien que el chismorreo debiera desaparecer en su presencia, que los murmuradores debieran ruborizarse y temblar como escolares ante el señor maestro, y que la conversación debiera versar sólo sobre los temas más elevados. Por ejemplo, ella sabe de algunos vecinos de Mordasov cosas tan sorprendentes y escandalosas que si las contara en ocasión oportuna y las demostrara como ella sabe demostrarlas provocaría en Mordasov un terremoto como el de Lisboa. Sin embargo, es muy discreta en cuanto a esos secretos y los revela sólo en situaciones extremas y sólo a sus amigos mas íntimos. Ella se limita a dar sustos, insinúa que sabe algo y prefiere mantener a ese caballero o aquella dama en estado de terror constante a darles el golpe de gracia. ¡Esto es talento, esto es táctica! Marya Aleksan-drovna siempre se ha destacado entre nosotros por su irreprochable comme il faut que todos toman por modelo. En lo tocante a comme il faut no tiene rival en Mordasov. Sabe, por ejemplo, destruir, despedazar, aniquilar a un rival con una sola palabra, de lo cual somos nosotros testigos, a la vez que finge no darse cuenta de lo que ha dicho. Sabido es que tal modo de obrar es propio de la más alta sociedad. Puede decirse que en tales ardides le lleva ventaja hasta al famoso nigromante Pinetti. Sus relaciones son incontables. Muchas de las personas que visitan Mordasov se marchan entúsiasmadas de la recepción que les hace y más tarde se cartean con ella. Hasta se ha dado el caso de que le escriban versos, y Marya Aleksandrovna los enseña con orgullo a todo el mundo. Un literato itinerante le dedicó una composición que yo leí en casa de ella durante una velada y que produjo una impresión sumamente agradable. Un científico alemán que vino de Karlsruhe con el propósito específico de estudiar una rara especie de gusano con antenas que se cría en nuestra provincia, y que había escrito cuatro tomos en cuarto sobre tal gusano, quedó tan encantado de la cordial acogida que le dispensó Marya Aleksandrovna que desde entonces mantiene con ella, desde Karlsruhe, una correspondencia respetuosa y edificante, Marya Aleksandrovna ha sido comparada en algún particular hasta con Napoleón. Esto, por supuesto, lo hacían en broma sus enemigos, más con afán de caricatura que en aras de la verdad. Pero aun aceptando sin reservas lo desaforado de la comparación, me atrevo a hacer una pregunta inocente: ¿por qué, vamos a ver, se le fue a Napoleón la cabeza cuando llegó demasiado alto en su carrera? Los partidarios del antiguo régimen lo atribuían a que Napoleón no sólo no era de estirpe real, sino que ni siquiera era gentilhomme de buena casta, y era natural por lo tanto que acabara por asustarse de su propia grandeza y recordara su verdadero puesto. A pesar de la evidente agudeza de tal conjetura que hace recordar los tiempos más brillantes de la antigua corte francesa, me atrevo a agregar por mi parte: ¿por que a Marya Aleksandrovna nunca jamás se le va la cabeza y sigue siendo todavía la primera dama de Mordasov? Ha habido ocasiones en que la gente decía: «Habrá que ver cómo se comporta Marya Aleksandrovna en estas difíciles circunstancias. » Pero llegaban las circunstancias difíciles, pasaban... y nada. Todo quedaba igual que antes, por no decir que mejor. La gente recuerda, por ejemplo, que su marido, Afanasi Matveich, perdió su cargo por incapacidad y mentecatez, rasgos que provocaron la ira de un inspector general que pasó por Mordasov. Todos creían que Marya Aleksandrovna quedaría anonadada, que se humillaría, que solicitaría, que rogaría, en una palabra, que plegaría las alas. Pues nada de ello. Marya Aleksandrovna comprendió que ya no podría sonsacar más y se las arregló de manera que no perdió un ápice de su ascendiente en la sociedad; y su casa sigue siendo considerada como la primera de Mordasov. La mujer del fiscal, Anna Nikolaevna Antipova, enemiga jurada de Marya Aleksandrovna aunque amiga en apariencia, ya cantaba victoria. Pero cuando se vio que era difícil poner a Marya Aleksandrovna en un aprieto se llegó a sospechar que la señora tenía raíces mucho más profundas de lo que antes se pensaba.


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El sueño del príncipe

  • Autor:
    Fedor Dostoiewski

  • Código del producto: 649
  • Colección: Clásicos de la literatura
  • Categoría: Calificadores de LENGUA, Ficción y temas afines, Lenguas indoeuropeas, Ficción: general y literaria
  • Temática: Ficción clásica: general y literaria, Ruso
  • ISBN:
  • Idioma: Español / Castellano